

El 23 de noviembre de 1221 nació en Toledo el infante Alfonso, hijo de Fernando III el Santo y de Beatriz de Suabia. Bajo la figura de su padre quedaron unificados los reinos de Castilla y León y, además, con la conquista de territorios musulmanes como Córdoba o Sevilla, amplió los confines de la corona.
Alfonso pasó parte de su infancia en Allariz (Galicia), donde aprendió galaicoportugués, lengua que después usaría en las Cantigas de Santa María. Recibió una educación versátil.
En 1249 Alfonso X contrajo matrimonio con Violante de Aragón, hija del rey Jaime I. Esto supuso una mayor colaboración entre ambas coronas, ya existente anteriormente como se aprecia en la firma del Tratado de Almizra, en 1244, realizado con el fin de dotar de límites a los nuevos territorios de la región valenciana.
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Museo Nacional del Prado
Al morir su padre, en 1252, Alfonso X fue proclamado rey de Castilla y León. El nuevo monarca continuó con la política expansiva, incluso fuera de la Península, como muestra la construcción de las atarazanas de Sevilla y la creación del título de Almirante mayor de la mar.
Aunque el territorio peninsular se encontraba prácticamente bajo dominio cristiano, durante el reinado de Alfonso X se logró la conquista de otros territorios como las tierras de la Bética, ampliando así los límites del reino.
La política interna de Alfonso X también se centró en impulsar la repoblación de los nuevos territorios, fundamentalmente los ubicados en las tierras del valle del Guadalquivir y en el reino de Murcia.
0269/001
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