En época de Alfonso X, la creciente rigidez religiosa almohade provocó la huida de judíos hacia el centro y el norte peninsulares. Muchos de ellos acabaron en Toledo, que contó con una importante comunidad judía.
Las leyes de época alfonsí resultaban en ocasiones restrictivas para los judíos, impidiéndoles una serie de actividades. Por ejemplo, en los cánones del IV Concilio de Letrán de 1215 se veda, concretamente en el canon 69, que los judíos ocupasen cargos que les dieran poder sobre los cristianos. No obstante, existió cierta laxitud que permitió que estas leyes no siempre se cumplieran.
Parte de la población judía encontró en la corte del rey Sabio un lugar en el que desarrollar su ingenio y creatividad
De este modo, pese a la restrictiva legislación existente, hubo un número importante de judíos que terminó formando parte de la corte alfonsí, gracias, en buena parte, a sus conocimientos de la lengua y el saber árabes. El ansia de conocimiento del rey permitió que alcanzasen puestos de importancia en su círculo, sorteando los cánones del IV Concilio de Letrán. Este interés de Alfonso X por el conocimiento queda plasmado en algunas de las miniaturas que aparecen en sus obras, como por ejemplo en el Libro de axedrez, dados e tablas, donde aparece dictando a miembros de la corte.
Había también familias judías que habían llegado con anterioridad a este momento y que se habían labrado ya una reputación y un hueco al lado del rey. Destacan los Abulafia junto a otros personajes, como el Çag de la Maleha, almojarife mayor (tesorero del rey y recaudador de impuestos).
Los judíos en la corte del rey
- Los protegidos del rey
- Transmisores del saber
- Creadores del saber
- Los judíos como artistas